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Sintiendo y Pensando en Fe
Trigésimo Tercero domingo
del Tiempo Ordinario C
13 de noviembre, 2022
Sindy Collazo


¡Que no los domine el pánico … no es el fin!

Este es el evangelio en el que Jesús nos dice: “Que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin.”

Podemos escuchar a Jesús decirnos, como los asistentes de vuelo:

  “Agárrense bien, manténganse en sus asientos y ajusten sus cinturones de seguridad esto va a ser un viaje con mucha turbulencia.”

Una de mis películas favoritas es “La Guía del Autoestopista Galáctico”, o como la conozco yo, “The Hitchhiker's Guide to the Galaxy”.

Aquellos que predican al Dios Verdadero, no lo limitan, ni lo aíslan.

La historia comienza con un día en donde todo le sale mal a Arthur, el protagonista de la historia. No solamente se golpea y quema su desayuno, está luchando para que no le demuelan la casa, sin saber que ese mismo día no solo destruirían su hogar, sino que demolerían el planeta Tierra. Y de repente, en un escenario en donde no habría supervivencia concebible, Arthur es rescatado cuando su amigo, que era secretamente un extraterrestre, lo salva siguiendo “La Guía” cuya portada dice en letras grandes: “No se Paniqueen”.

Podríamos comparar muchísimas imágenes con el evangelio, pero les quiero compartir lo siguiente:  Así mismo como Arthur estaba enfocado en los problemas y conflictos de su vida diaria, sin darse cuenta de que había algo mas importante, Jesús en el evangelio nos da “La Guía” para sobrellevar nuestros sufrimientos, para mantener la mirada puesta y nuestro ser apoyado en Dios y nos pide “No se Paniqueen”.

En el camino al Señor enfrentamos dificultades, por eso es por lo que Jesús nos dice: “Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”

Un ejemplo de dichas dificultades nos la presenta Pablo. El confronta en la comunidad de Tesalonicenses, aquellos que no tienen oficio en la comunidad y hacen su oficio entrometerse en la vida de los demás y hacerles la vida imposible. ¿Suena familiar?  Me encanta y tengo que admitir, me hace reír el tono pastoral de Pablo: “Les suplicamos a esos tales y les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida.”

Mientras Pablo confronta la controversia entre los trabajadores y los holgazanes, Jesús estaba enfrentando los peligros de las falsas seguridades y los falsos profetas. Aquellos que no entienden su relación con Dios y, por lo tanto, limitan a Dios. 

Jesús, nos da el ejemplo de algunos que estaban fijados en el templo y basaban su seguridad y fe en su estructura.  

Jesús les advierte de la destrucción de la estructura en la que basan su seguridad, el templo y de paso les advierte de falsos profetas: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre…”

¿Cómo podemos identificar a los falsos profetas?

Jesús menciona grandes eventos: “guerras”, “terremotos”, “epidemias” y “hambre”. Jesús nos advierte que los falsos profetas clamaran: “El tiempo ha llegado. Pero no les hagan caso”.

A los falsos profetas les encanta asustarnos, especialmente en momentos de gran sufrimiento y conflicto. Es en esos momentos, cuando los falsos profetas llueven.  Se aferran a los eventos y a las cosas equivocadas, las establecen como prioridades y como consecuencia, limitan a Dios, lo que entienden que es Dios y su relación con Dios. Es por esta misma razón que predican opresión, limitación y aislamiento; nos predican una relación esclavizante.

Aquellos que predican al Dios Verdadero, no lo limitan, ni lo aíslan. Algunos judíos querían hacer esto con Dios; limitarlo al templo. Predicar el Verdadero Dios es conectar los puntos y ver como nosotros, todos los seres y lo creado conecta con el plan de salvación, óptimamente sin dejar un microbio fuera.

Cuando abrimos los ojos y prestamos atención al mundo; especialmente si prestamos atención a todas las cosas malas que está ocurriendo en el mundo, es fácil para nosotros volvernos pesimistas.   Es fácil para nosotros ser tentados a perder la esperanza, a flaquear, a sentirnos débiles y derrotados.

Pero es precisamente en los momentos más difíciles de nuestra vida, los momentos cuando somos testigos de lo peor que este mundo puede ofrecer o cuando somos testigos del peor lado del ser humano, cuando realmente estamos invitados a conectar con lo mejor.  Invitados a conectar con el amor, a conectar con la esperanza, a conectar con Dios. Él no solo nos ofrece salvación final, Él nos salva día a día.

No podemos olvidar que es precisamente Dios quien pelea por nosotros. Es Dios quien está ahí dándonos fuerza, dándonos los instrumentos que necesitamos para la salvación. Mientras nuestra voluntad esta con la voluntad de Dios. Nuestro amor y nuestra pasión está dirigida hacia Él. Él nos va asistiendo: “no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.”

todo tiene su final, incluyéndonos, pero los que creemos en la vida eterna sabemos que el fin de la vida en la tierra no es el fin de la vida. En la película de “The Hitchhiker's Guide to the Galaxy” nos dice: “Perder el planeta no es el fin del mundo, es el comienzo de una aventura como ninguna otra”. Así que nos unimos a Jesús, quien nos anima y fortalece cuando nos dice: “que no los domine el pánico” porque todos sabemos que no es el fin.

Dios me los Bendiga y Sean Santos.



Arte de Martin Erspamer, OSB
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)]. Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org